jueves, 29 de abril de 2010

Un nuevo varapalo a Garzón

La Audiencia Nacional acaba de dictar una resolución revocando un Auto del Juez Garzón, y acepta a trámite la querella interpuesta por Dignidad y Justicia en el asunto del chivatazo del Faisán. Tarde o temprano, guste o no guste, la Justicia hace su trabajo que es perseguir los delitos, sean quienes sean los responsables. Y un varapalo mas a Garzón.
Enlazo al Auto en cuestión

martes, 27 de abril de 2010

Zapatero y la Presidencia europea


La Presidencia de turno española en la Unión Europea, está siendo la peor y la mas marginada de todas las que ha tenido la Europa comunitaria, ya que los principales líderes europeos rápidamente se han dado cuenta que tras un sonriente Zapatero, hay un mal gobernante que daña a España y a Europa.

Sarkozy lo eclipsa dando golpes de efecto; Merkel se muestra abiertamente distanciada; el Primer Ministro inglés, Braw se aparta de el para que no lo perjudique en su difícil posición como líder laborista; Berlusconi se mofa en público de su colega español; el líder belga Rompuy, huye de el.

Todas las iniciativas presentadas por Zapatero en Europa, desde sus recetas económicas para salir de la crisis, hasta sus iniciativas para levantar sanciones a Cuba, o su interés por abrir las puertas de Europa a Turquia, han sido rechazadas. La desastrosa imagen que Zapatero da en política exterior, en la que resulta especialmente grave la amistad con Cuba, Venezuela, Bolivia y otros, hace que los gobernantes europeos se indignen con el.

Por esto, nuestra presidencia está representando un gran problema para Zapatero al que los principales líderes europeos han descalificado. El propio ex ministro Almunia y ahora Comisario europeo, dice públicamente que la política económica de Zapatero es equivocada y que nos puede llevar al colapso. Durao Barroso, que parecía amigo de nuestro Presidente, procura no aparecer a su lado para no contagiarse de su mala imagen.
El primer varapalo de Europa para Zapatero, fue el rechazo a su proyecto de aprobar un catálogo de sanciones para los Estados miembros que no cumplieran con los objetivos de la Eurozona. Le dijeron "no" al considerar incoherente que nuestro Presidente pretenda aplicar en Europa lo que es incapaz de aplicar en España. Pero, su mayor humillación la sufrió cuando fue excluido de la negociación del Plan de rescate para Grecia. Merkel y Sarkozy aparecieron en público con el Presidente griego en la foto final.

Otro rechazo reciente es el que han tenido varias organizaciones europeas que se revelan contra un inquietante documento sobre Internet que la presidencia española ha remitido a sus socios comunitarios. La última bofetada a Zapatero es muy reciente: el 25 de febrero, la Comisión Europea, ya visiblemente contrariada porque el presidente español no hace caso a los consejos y recomendaciones que le dan las instituciones y los expertos, advirtió que la subida del IVA aprobada por Zapatero será perjudicial y frenará la salida de la crisis en España.

Zapatero es también rechazado por un Obama al que le preocupa la pérdida de credibilidad del dirigente español. El presidente mulato de los Estados Unidos de América, antes admirado como un "dios progresista", ya empieza a ser criticado entre los asesores de la Moncloa, mientras Zapatero sigue manteniendo la tesis suicida de que solo él tiene razón y que todos los demás están equivocados.

Y con todo esto a sus espaldas, aquí en España, sigue enrocado y tan adicto al poder que parece estar dispuesto a sacrificar todo por mantenerse al frente de una nave que ya navega sin rumbo. Muchos ciudadanos estamos frustrados con tanto desgobierno, y nos preocupa que sus únicos amigos, aun cuando ya tenemos mas de cuatro millones y medio de parados, sean los sindicatos. Nos preocupa también la defensa que de el hacen sus seguidores, aunque nuestro país se esté hundiendo.

miércoles, 21 de abril de 2010

ESTAMOS PERDIENDO EL RUMBO




Según las últimas encuestas realizadas en Marzo por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), el paro es la principal preocupación de los españoles, la segunda preocupación es la situación económica, y en en el tercer puesto del ranking está la preocupación por la clase política y los partidos políticos.

Por consiguiente, utilizando una elemental deducción lógica, el rumbo del debate político y todos los esfuerzos deberían de estar orientados al objetivo prioritario de combatir la lacra del desempleo mediante la mejora de la situación económica. Pues no, esa lógica apabullante falla y los políticos malgastan sus energías en guerrillas entre ellos, en acusarse unos a otros de quien mete mas mano en la caja, que si los cacos el Gurtel, que si el apoyo a Garzón, que si el soplo del Faisán, que si los trajes de Camps, que si las propiedades de Bono, que si el Supremo, que si el Constituciuonal.....

En estos últimos días preocupa sobre todo, la fuerte corriente que se está produciendo, bajo el pretexto de apoyar a Garzón, para abrir viejas heridas que parecía habían quedado cerradas tras la promulgación de la Constitución. La memoria histórica, las víctimas del franquismo o los crímenes contra la humanidad son el pan nuestro de cada día.

O es que todos estamos perdiendo el sentido común, algo que no creo, o es que el Partido gobernante, incapaz de resolver los problemas económicos y el paro y viendo como pierde posiciones en la intención de voto, está orquestando una campaña (el caso Garzón es un pretexto estupendo) para distraer a la oposición y a los ciudadanos, entreteniéndolos mirando hacia atrás, algo que resulta muy peligroso.

Por favor, señores del partido gobernante, no se distraigan ni nos distraigan. Céntrense en lo verdaderamente importante que son los mas de cuatro millones de parados y en los graves problemas económicos que tenemos. Igualmente señores de los diferentes partidos de la oposición, no jueguen a conseguir sus fines de partido, y dedíquense a hacer una oposición verdaderamente constructiva y a esforzarse en alcanzar grandes pactos que nos saquen del agujero en el que estamos.

¿estaré pidiendo mucho?


martes, 20 de abril de 2010

SOY UN FASCISTA


Soy un fascista. Esto es de lo que me han acusado algunos ciudadanos que se confiesan republicanos, de izquierdas y demócratas, con los que he mantenido un debate epistolar provocado por un comentario que he hecho en un grupo de Facebook que está promoviendo una movilización ciudadana en defensa del Juez Garzón.

Soy un fascista porque a una maleducada interpelación de unos ciudadanos que me preguntaron ¿a qué jugamos, Guillermito?, les contesté: "Jugamos a una justicia imparcial, no politizada, independiente y sometida al estado de derecho ¿es poco?. Y para conseguirla no son buenos los movimientos, sean de un partido, de otro partido o de ciudadanos, ya que por esas vías no lo conseguiremos". Esos ciudadanos respondieron contundentemente diciendo que todos los que opinábamos que había que dejar actuar a los jueces, eramos unos fascistas.

Soy un fascista porque estuve obligado a ir al servicio militar y allí, como era de rigor en las formaciones, tuve que decir "Viva Franco. Arriba España". Claro que, o me unía a la manifestación, o me llevaban a una prisión militar condenado por prófugo. En cambio, los ciudadanos que ahora me tildan de fascista, en unos casos fueron a la mili igual que yo, hicieron lo mismo que yo , pero ahora reniegan de ello. En otros casos, fueron liberados de la mili porque tenían pies planos, o porque tenían un buen enchufe. Pero... ellos no son fascistas.

Soy un fascista porque estudié derecho y el título, como era obligado, lo otorgó El Caudillo de España por la gracia de Dios y porque para ejercer la profesión tuve que jurar las Leyes Fundamentales del Estado. En ese convulso periodo universitario corrí delante de los grises, sufrí algunas detenciones y me dieron unos cuantos toletazos. En cambio, algunos de esos que ahora me acusan de fascista, mientras yo corría delante de los grises, estaban escondiditos y calladitos en sus casitas. Ahora algunos de esos que no daban la cara en ninguna manifestación estudiantil contra el régimen, son diputados, senadores o concejales del PSOE y me acusan de fascista.

Soy un fascista porque mi padre participó en la guerra civil en el bando republicano y terminó en un campo de concentración. Soy un fascista porque mi abuelo paterno desapareció en esa fratricida guerra y ahora puede que esté en algunas de esas tumbas que quiere recuperar la Memoria Histórica. Soy un fascista porque mi abuelo materno se hartó de hacer trincheras en el frente republicano. Y, ahora, algunos de esos ciudadanos que tenían padres funcionarios del Régimen, que iban a campamentos de la OJE, que nunca dieron un palo al agua, que ahora viven de los presupuestos del Estado o de esas estupendas prejubiliaciones que consiguieron los sindicatos , me dicen que yo soy un fascista por decir que en el caso Garzón hay que dejar que los jueces juzguen.

Vamos a ver, gentes iletradas que presumís de izquierdas, que en el mejor de los casos no veis mas allá del logaritmo de Pi, que queréis defender al juez estrella enarbolando como eslogan la persecución del franquismo, que acusáis de fascista a todo aquél que no piense como vosotros, que perdeis la visión global y sólo os enrocais en vuestras obtusas ideas ¿por qué os empeñáis en volver atrás? ¿por qué os empeñáis en volver al frentismo que nos llevó a una guerra civil? ¿por qué acusáis de fascistas cuando vuestra actitud es totalitaria, antidemocrática y excluyente? ¿por qué no acepáis que tenemos que entendernos? ¿por qué no aceptáis que el mundo evoluciona y nosotros también tenemos que avanzar y no retroceder? ¿por qué no aceptáis que la democracia es diálogo, compromiso y pacto?.¿en qué país vivimos?..

Lo siento, pero hoy estoy cabreado, muy cabreado y en modo alguno puedo aceptar ese atributo insultante de alguien que tiene que aplicárselo a si mismo. Fascistas o dictadores son los los que quieren obligarte a que pienses como ellos. La democracia es otra cosa, señores totalitarios.

jueves, 15 de abril de 2010

La credibilidad de los tres poderes del Estado


Tras la muerte del dictador Franco en 1975, se produjo una loable transición democrática que nos llevó en sólo tres años, a una Constitución y un Estado constitucional ejemplar. Fueron precisas grandes dosis de voluntarismo, entendimiento, pacto, compromiso, perdón y sobre todo grandes dosis de etica en los políticos. El pueblo español empezó a disfrutar de la libertad, de la honradez de los dirigentes, en definitiva de un estado democrático y moderno guiado por un Poder Legislativo asentado en las Cortes Generales, un Poder Ejecutivo encomendado al Gobierno que es fiscalizado y controlado por las Cortes como órgano supremo de la representación popular y un Poder Judicial independiente desempeñado por una organización jerárquicamente organizada.

Han pasado 32 años y con tristeza empezamos a ver que, contrariamente a una evolución positiva, estamos entrando en una gran deriva anticonstitucional y una ostensible evolución de un Estado de Derecho a un llamemos Derecho del Estado, donde la separación de poderes ya es una quimera. A la vez, se vuelve a mirar atrás, se empiezan a olvidar aquellos pactos de compromiso y perdón que nos llevaron a la Constitución y surgen nuevamente los frentismos que nos llevaron a una dramática guerra civil.

Parece como si esa confianza que teníamos en el sistema constitucional, fuere falsa, porque en otro caso no se podría entender esta involución. Hoy, en una medida u otra, los tres poderes, claramente se están corrompiendo. Estamos entrando en tales aberraciones que nos llevan a que resulte verdaderamente dificil tener credibilidad en nuestro sistema constitucional. A nivel de calle ya se empieza a hablar de que la Constitución es papel mojado, que los políticos son unos personajes que sólo persiguen su propio enriquecimiento y por ello son un problema, que los jueces se pelean unos con otros, que Gobierno y Oposición no pactan ni de casualidad, etc.etc.

Si analizamos el poder legislativo, nos daremos cuanta rápidamente que ya no está separado del Gobierno que, cada vez más, está gobernando a golpe de Decretos Leyes. En las bancadas del Parlamento y del Senado hay muy pocos políticos vocacionales, guiados por la ética parlamentaria. Ahora tenemos a unos diputados y senadores, profesionales de la política, que llegan a los escaños buscando un salario, una posición social cómoda y algunas otras prebendas que los hacen privilegiados frente a otros profesionales y trabajadores asalariados. Si se tiene mayoría absoluta, el partido gobernante legisla como le viene en gana. Y si no se tiene, se hacen pactos aberrantes con partidos nacionalistas o con el diablo si hace falta, y se saca adelante la legislación que el Gobierno de turno quiere. Los Parlamentarios y Senadores ya no representan al pueblo que los ha elegido. Buscan alcanzar los objetivos de sus partidos políticos y su propio beneficio personal, como se decía antes.

Si se trata del poder ejecutivo, sea central, autonómico o municipal, vemos como de modo sistemático trata de controlar al poder judicial y al legislativo, además de las organizaciones sindicales. Los dirigentes políticos nos hablan con discursos huecos, como si fueremos tontos, ocultan o manipulan informaciones, muchos de ellos ni tan siquiera tienen la mínima cualificación intelectual, mienten, manipulan e intrigan, además de gestionar muchas veces de modo absolutamente deficiente y en muchos casos caciquil. Lo mismo pasa con los partidos de la oposición que, en vez de oposición constructiva, lo que tratan permanentemente es de descalificar al contrario. Bueno, y si hablamos de corrupción qué decir de todos los casos que han ido aflorando y que aflorarán en todo el abanico político. Los dirigentes, sin despeinarse están instalados en ese juego de ¡has robado... y tu más!. Por ningún lado se encuentra esa ética política y ese espíritu de cortar la corrupción en sus filas.

Si hablamos del poder judicial, sólo hay que ver todas las noticias que están apareciendo en la prensa, sobre el Juez estrella, sobre el Tribunal Supremo, sobre el Consejo General del Poder Judicial. La independencia de Jueces y Fiscales hoy es una quimera en cuanto que es el Gobierno y la oposición quienes designan al Fiscal General del Estado y a los miembros del Consejo. Hoy, los miembros de la carrera judicial y fiscal no pueden ser independientes. Presiones de todo tipo hacen que sus decisiones se inclinen a un lado o a otro, habida cuenta de que la interpretación de la ley no es algo matemático y que está sujeta a interpretaciones.Y si nos fijamos en la actual organización judicial, con unos métodos y procedimientos obsoletos, pensar en una tutela judicial efectiva puede ser una quimera.

Aun con este desolador panorama, quiero ser optimista. Confío en que estaremos pasando el Rubicón y que nuestro sistema constitucional se volverá a regenerar, que volvamos a tener políticos no profesionales guiados sólo por la ética parlamentaria, gobernantes que gobiernen para los ciudadanos y no para sus partidos políticos o intereses pèrsonales, y una administración de justicia absolutamente independiente. Creo que la Constitución sigue siendo válida, podrán introducirse algunas reformas, pero en conjunto es buena y también creo que una centralización administrativa es absoluntamente necesaria. Espero impacientemente a esa necesaria regeneración democrática .

¿estaré pidiendo mucho?.

miércoles, 14 de abril de 2010

La defensa de Garzón en La Complutense

En mi opinión, el acto celebrado en la Complutense en defensa del Magistrado Sr. Garzón, además de contraproducente, en nada beneficia a un necesario Estado de Derecho y a una Justicia imparcial.

El asunto ya está en los Tribunales al igual que otros que se están instruyendo sobre el Sr. Garzón. Por tanto dejemos que los Tribunales trabajen libremente, ya que lo que resulta absolutamente negativo es que por un lado se trate de apoyar a un Juez al tiempo que se ejerce presión sobre los Magistrados que están entendiendo del asunto.

Me ha sorprendido que sean las Organizaciones Sindicales que, en vez de ocuparse y preocuparse de la ingente masa de desempleados que tenemos, sean las que se ocupen de defender al Juez. Pero, lo que realmente me preocupa es que el partido de gobierno o la oposición se enfrasquen en una batalla de acusaciones mutuas que están generando un auténtico frentismo que si algo logra, es debilitar nuestra democracia.

Por último, me sorprende que las críticas sobre la justicia se centren en un tema concreto, con una elevada dosis de politización, y no se centren en el auténtico problema, cual es la necesaria reforma de la Administración de Justicia. Para ello se precisa de una visión global, pero, parece que a nadie le interesa. Todo se focaliza ahora en el Sr. Garzón, pero parece que a nadie le interesa esa necesaria reforma para conseguir una auténtica independencia judicial al tiempo que una tutela judicial efectiva.