martes, 23 de septiembre de 2014

EL SEÑOR GALLARDÓN TIENE QUE DIMITIR YA.

Sr. Gallardón: Como usted sabe mejor que nadie, su gestión al frente del Ministerio de Justicia, cada vez está más cuestionada. Hasta sus propios compañeros lo están criticando. Lo critican los Jueces, lo critican los secretarios judiciales, lo critican los abogados y procuradores y lo critican los ciudadanos de a pie, que hemos visto como con sus desafortunadas reformas, tenemos cada más difícil obtener una tutela judicial efectiva.

Empezó usted con una Ley de Tasas Judiciales que ha apartado de la justicia a los ciudadanos con menos recursos. Esta Ley ha provocado que muchos jueces plantearan cuestiones de constitucionalidad y ahora, por lo que sé, el Tribunal Constitucional,  movido por el fuerte rechazo social que existe, se está moviendo para resolver lo más pronto posible sobre la inconstitucionalidad de esta desastrosa Ley que el Gobierno aprobó a finales de 2012. Sus desatinos prosiguieron con el intento de modificar la Demarcación y Planta Judicial, que si bien podría ser aceptable en Madrid donde hay buenas comunicaciones, es totalmente rechazable en las zonas más despobladas. Siguió con la Ley de Justicia Gratuita que va a provocar serios perjuicios a los ciudadanos, además de deteriorar un servicio público prestado por los Colegios de Abogados. Continuó con la privatización del Registro Civil para ponerlo en manos de los Registradores de la Propiedad, algo que a todas luces podría beneficiar a esos Registradores, pero que volvería a perjudicar a los ciudadanos, porque, que yo sepa, los Registradores no van a trabajar gratis y alguien les tendrá que pagar sus servicios. Siguió con la Ley de Servicios Profesionales de nefastas consecuencias. En definitiva, todas sus reformas legislativas y los parches puestos desde su ministerio, sin consultar con Jueces, Fiscales, Secretarios, Abogados Procuradores, e incluso ciudadanos,  nos han llevado a un manifiesto alejamiento de la administración de justicia para los ciudadanos.

Para impedir el presumible agravamiento de la situación, tanto por la ineficacia de las reformas introducidas, como de los proyectos en marcha, de modo inmediato usted tiene que abandonar el cargo para dar paso a otro Ministro que derogue de inmediato la Ley de Tasas si es que antes no lo hace el Tribunal Constitucional, que reforme en profundidad la Ley Orgánica del Poder Judicial que adecúe la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita y que de una vez por todas aplique la Carta de los Derechos de los Ciudadanos aprobada por todos los partidos políticos en el año 2002.  Ya que usted no lo ha hecho, se necesita a otra persona que de modo decidido busque un pacto de estado que lleve a resolver el gran problema de las deficiencias organizativas del sistema judicial, dotándolo de todos los medios personales y materiales que necesita.

Y, Sr. Gallardón, por si esto fuera poco, probablemente ahora, con la paralización de la reforma de la Ley del Aborto, seguro que por motivos electorales, sus propios compañeros en el Consejo de Ministros, ya le habrán puesto la puntilla definitiva. Así que Sr. Gallardón, en beneficio de la justicia y por ende de los ciudadanos, deje ya de amagar mareando la perdiz, para ver si se va a no se va, y lárguese a su casa ahora mismo.

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