miércoles, 29 de febrero de 2012

CASO GARZON. PUNTO Y FINAL

Cada día me sorprendo mas de la acérrima defensa que un sector de la ciudadanía hace del hoy ex magistrado Sr. Garzón. Veo claro que estos ciudadanos, para defenderlo, se apartan de criterios jurídicos o de cualquier otro tipo y utilizan un sólo argumento: Los Magistrados del Supremo que son de derechas, le tienen ganas porque quiso investigar los crímenes del franquismo. Y apoyándose sólo en ese argumento quieren endiosar a alguien que se ha pasado de la raya administrando justicia.

Personalmente entiendo (ya lo he dicho en los mas de ocho artículos que he escrito sobre el Sr. Garzón), que apartarlo de la carrera judicial, era absolutamente necesario para higienizar la judicatura. Voy a tratar de explicarlo de modo somero:

Es cierto que el Sr. Garzón, en sus primeros tiempos en la Audiencia Nacional, realizó una labor meritoria persiguiendo terrorismo, tráfico de droga y crimen organizado. Pero también es igual de cierto que sus otros colegas de la Audiencia Nacional realizaron y realizan esa misma labor, de un modo incluso mas meritorio. La diferencia está en que mientras que los otros jueces hacen su labor callada, al Sr. Garzón siempre le gustaba aparecer en las primeras portadas de los medios de comunicación. La prensa creó al Juez estrella, el Sr. Garzón se lo creyó y ese estrellato es el que lo llevó al ocaso de su carrera.

Da un salto a la política, tiene aspiraciones, pero, contrariamente a lo que pretendía, no es nombrado Ministro de Justicia por Felipe González. Se siente decepcionado y pide su reingreso en la carrera judicial. De nuevo en su juzgado, decide castigar al Gobierno socialista que no quiso contar con el para ser ministro. Hurga por un lado y otro y utilizando las informaciones que consiguió en su paso por la política, le hinca el diente al caso Gal, que termina con Barrionuevo y Vera en prisión.

A partir de ese momento,  erigido ya en juez estrella, empieza a moverse en el turno de reparto de los asuntos que llegan a la Audiencia Nacional y maniobra para que a su Juzgado sean turnados aquellos casos que mas le puedan convenir para reforzar su estrellato.  Entre tanto, en los cajones de su juzgado se amontonan un sinnúmero de asuntos que quedan atrasados porque tienen poca relevancia y el no quiere perder el tiempo con ellos. Secretarios y personal del Juzgado se quejan de lo difícil que resulta trabajar con un juez que actúa de modo errático, anárquico y en muchas ocasiones sin rigor jurídico. De todos los Juzgados de la Audiencia Nacional, el del Sr. Garzón es el que tiene mas retrasos injustificados, incidencias y conflictos. La situación en muchos periodos era tan caótica  en el Juzgado nº 5, que la Inspección de Tribunales tienen que intervenir y lo amonesta en varias ocasiones.. Pero claro, esto que que ocurre en algunos juzgados cuando hay un mal juez, es una cuestión interna que se cuece dentro de la casa y no llega a los medios de comunicación. 

En un momento determinado, los desmadres jurídicos del Sr. Garzón empiezan a ser tan sonados que sus compañeros de profesión empiezan a critircarlo abiertamente.(Sus colegas llegan a decir que a Garzón se le están consintiendo cosas que a ninguno de nosotros se nos consentiría).

En este escenario, el Tribunal Supremo abre las tres causas que todos conocemos. En la de las escuchas ilegales resulta condenado y apartado de la carrera judicial por una sentencia jurídicamente impecable, en la que queda patente que el fin no justifica los medios y que el Magistrado ha violado derechos constitucionales. En la segunda de las sentencias sobre el caso de los cursos en Nueva York, se decreta que el delito está prescrito (luego había delito), y en los considerandos queda patente que se valió de su estatus de Juez para conseguir financiación. En la tercera y última es absuelto al considerar que no había cometido delito de prevaricación, pero eso si, dejando clara la sentencia, que el Sr. Garzón cometió serios errores de procedimiento.

Pero esto no es todo, aun andan por ahí bajo  sospecha, asuntos como los del chivatazo del Faisán en el que el Sr. Garzón decidió cerrarlo en un cajón, hasta que otro colega suyo lo reabrió, o la liberación del etarra Díaz Usubiaga para que cuidara a su madre enferma, (algo que a todas luces suena a tomadura de pelo). O la liberación de tres narcotraficantes porque por un imperdonable error, se le pasaron los plazos para procesarlos. U otras muchas "menudencias" mas, que ahora ya no importan a nadie porque el juez estrella ya ha sido apartado de la carrera judicial.

Vamos a ver, seamos claros: El Sr. Garzón se pasó de la raya de modo reiterado, y no hubiera sido necesario llegar a procesarlo y juzgarlo en el Tribunal Supremo por unos u otros delitos. Si en el Consejo General del Poder Judicial hubieran sido valientes, al Sr. Garzón como a cualquier otro Juez que lo ha hecho mal, se le habrían abierto expedientes disciplinarios y por esa vía también debería de haber sido apartado de la carrera judicial.

Pero ahora, a estas alturas, igual da. Caso Garzón, punto y final.





2 comentarios:

  1. Un resumen,sin desperdicio, sobre Garzon.Es una pena que planteamientos tan clarificadores no alcancen TOTAL difusión. Yo por mi parte lo remitire A todos los conocidos.Un saludo. Antonio

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  2. Yo no sé que interpreta la gente cuando defiende a este Juez. Aunque haya sido buen juez, terminó siendo muy malo y muy manipulador. No puede politizarse algo que solo tiene caracter jurídico.
    Carlos Suárez

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