martes, 23 de junio de 2009

Nos estamos olvidando de los artículos 154 y 155 del Código Civil


Antes, cuando un niño se encabritaba porque no quería lentejas, sus padres lo forzaban a tomarlas. Lo habitual era que el niño se quedaba sin comer y las lentejas se le guardaban para que las tomara a la cena o a la comida del día siguiente. Ahora ya no pasa esto. El niño dice ¡no! y tras fracasar el intento de los padres para convencerlo de que las lentejas son buenas, le retiran el plato, le fríen un filetito y aquí no pasó nada.


Antes, cuando un niño llegaba a casa y decía que el profe le había dado una reprimenda o lo había castigado, los padres le lanzaban una reprimenda aun mayor, porque el profe tenía razón. Ahora, si el niño llega a casa y dice que lo han castigado, inmediatamente sus padres lo cogen de la mano y se van al colegio a pillar al desalmado profesor para ponerle las peras al cuarto.


Antes, cuando un niño se pasaba de la raya, le dabas un pescozón y aquí no pasó nada. Ahora, los padres tienen que tener mucho cuidado no vaya a ser que el niño decida denunciarlos al defensor del menor.


Antes, los jóvenes menores de 18 años, eran menores con todas las consecuencias y por ello, permanecían bajo la potestad de sus padres. Ahora ya pueden practicar el sexo cuando les venga en gana, pueden abortar, o pueden adquirir la píldora del día después, que no pasa nada.


Pero claro, si los padres ahora actuaran como se actuaba en mi época, seguro que se nos tacharía de retrógrados, de carcas, de dictadores. Ahora son los propios gobernantes los que presumiendo de progresía, quieren permitir que las niñas aborten sin permiso, que adquieran la píldora incluso sin receta, que pasen de curso aunque tengan un montón de asignaturas pendientes, y que en definitiva los niños sean intocables. Y claro, de estos polvos estos lodos.


Ante esta situación, creo que mas que nunca se impone que pasemos revista a nuestro Código Civil en lo que se refiere a la rúbrica de las relaciones paterno-filiales. Sus preceptos están plenamente vigentes, y deberíamos de recordarlos para evitar tanto desajuste y tanta falacia. Y mas aun para recordar al actual Gobierno que pretende dictar una ley que permita el aborto de las menores sin el consentimiento de los padres, y que iría frontalmente en contra de nuestro Código Civil.


El artículo 154, nos dice: Los hijos no emancipados están bajo la potestad del padre y de la madre. La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos de acuerdo con su personalidad, y comprende los siguientes deberes y facultades:

1. Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.

2. Representarlos y administrar sus bienes.

Si los hijos tuvieren suficiente juicio deberán ser oídos siempre antes de adoptar decisiones que les afecten. Los padres podrán corregir razonable y moderadamente a los hijos.


El artículo 155 nos dice: Los hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad y respetarles siempre. Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.


Se trata de dos artículos que hablan meridianamente claro. Son los padres los que tienen el derecho y el deber de educarlos y darles una formación integral. Los padres tienen el derecho de corregir a sus hijos y ese pescozón dado a tiempo entre abiertamente en el ámbito de esa corrección moderada. Los hijos tienen la obligación de obedecer y de respetarles y esto evidentemente va en contra de un aborto sin consentimiento paterno.


Probablemente, si los ciudadanos y mejor aun los gobernantes, tuvieremos presentes estos preceptos del Código Civil, las cosas hoy serían muy diferentes. Y en todo caso, si pese a todo, quieren seguir adelante con esas políticas de total permisividad, que tengan el valor de afrontar la reforma del Código Civil. A ver si se atreven.


3 comentarios:

  1. El problema que veo yo es que la educación de los niños se va degradando cada vez mas. Y claro si además tenemos a unos inútiles gobernandonos que permiten todo, qué podemos esperar.
    No espero nada bueno para las generaciones del futuro.
    Carlos Suárez

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  2. No puedo decir otra cosa...toda la razón del mundo!

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  3. Soy padre separado, tengo una hija de 13 años, la madre tiene la mala costumbre de referirse a mi como poco hombre,y mi hija por no dejarle la playstation , en un alarde de valentía decidió imitar a su madre diciéndome que yo no era hombre, le pegue un azote en el culo, azote que ni dejo marcas y si sintió algo de dolor fue en su orgullo, pues bien ahora tengo una denuncia por parte de la madre y la niña por malos tratos. Por estas cosas tenemos los delincuentes que nos merecemos, porque la ley no nos deja educar. En 13 años de edad que tiene es la primera vez que uso el castigo fisico, si se le puede llamar asi.

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