miércoles, 7 de enero de 2009

El 84,6% de los correos electrónicos es "spam"


A este molesto y desagradable problema de los correos electrónicos masivos no deseados, llamado "spam", no le afecta la crisis económica y financiera. He visto en un informe elaborado por INTECO, que el 84,6% de los correos que recibimos, son "spam". Y además preocupa que este problema está afectando ya a los teléfonos móviles con recepción masiva de sms.


Sin duda alguna, el correo electrónico es uno de los pilares de la Sociedad de la Información, pero a la vez es un importante problema tanto para los particulares como para las empresas, ya que además de saturar los buzones de entrada, provoca grandes pérdidas de tiempo en su eliminación y muchas veces genera errores al eliminar correos buenos que confundimos con envíos no deseados. A su vez el e-mail es el vehículo de masivos ataques informáticos basados en técnicas de ingeniería social, cual es el caso del phishing.


No hay cifras fiables sobre la medición del impacto económico y social que causa este correo no deseado. No obstante, si tenemos en cuenta el citado informe de Inteco, el coste económico para las empresas, es de 179€ por empleado (valoración del tiempo invertido en eliminar los Spam). A esto hay que añadir las fuertes inversiones que hay que realizar para actualizar los sistemas informáticos, mejorar los filtros antispam, y avanzar en la seguridad de la información.


A nivel legislativo nuestro Ordenamiento Jurídico no tiene un tratamiento legal específico para los correos no deseados. Sólo hay una regulación del "spam comercial" en la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información en en aspecto sancionador, e igualmente hay una regulación en la Ley Orgánica de Protección de Datos.


Pero, pese a estas normativas, el gran problema que se plantea es que la gran masa de los correos no deseados, nos vienen de servidores situados en el extranjero (sólo un pequeño porcentaje nos llega desde servidores o empresas situadas en España) y esto hace que la acción protectora de nuestros Tribunales se esfume, al no poder perseguir este tipo de prácticas realizadas desde países extranjeros.


Por todo ello, mucho me temo que a corto plazo seguiremos sufriendo este desagradable problema.

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