miércoles, 17 de septiembre de 2014

A POR EL SENEGALÉS

Un joven senegalés se enfrenta a una pena de dos años de prisión por vender CDs en los bares.
Probablemente, cualquier lector que me conozca, dirá que no puedo ser imparcial en estos temas, debido a las actividades que realizo en la fundación Cauce ayudando entre otros,  a senegaleses.  No obstante, deseo dar mi opinión sobre lo que está pasando con estas gentes, que llegan a Asturias en busca de trabajo y de una vida mejor, pero que después de siete u ocho años entre nosotros, malviviendo y ganándose la vida como pueden, terminan siendo deportados y en el peor de los casos condenados a prisión, por vender CDs piratas, algo que constituye un delito contra la propiedad intelectual, tras la última reforma del Código Penal.

Después de algunos años tratando con senegaleses, me he formado una clara opinión sobre ellos: Son gentes educadas, bien aseadas, trabajadoras y muy solidarias. (No he conocido a ninguno que, a excepción de la venta de copias de CD, consideradas delito en algunos casos, hayan cometido delitos de cualquier naturaleza). No vienen buscando limosna ni ayudas sociales, ya que son orgullosos y quieren ganarse la vida trabajando. Cuando vienen a pedirnos ayuda para encontrar un trabajo, al ver su calamitoso estado físico, les ofrecemos un lote de alimentos. ¿Sabe amigo lector lo que suelen decirnos?: “No, gracias, déselo a otro que lo necesite más que yo”. Antes encontraban empleo en la construcción y trabajaban duro, pero la crisis del ladrillo hizo que perdieran el empleo. Hoy en día, la gran mayoría, como tienen habilidades para ello, suelen dedicarse a la venta ambulante en los bares, en la calle (top manta) o en los mercados.

¿Hacen daño o molestan a alguien? Parece ser que sí. De un año a esta parte, el Gobierno español llegó a algún inconfesable acuerdo con el Gobierno senegalés y como consecuencia del mismo, más o menos cada dos meses, se pasan instrucciones a la Comisaría de Policía para que proceda a la detención de un cupo de senegaleses que han de ser enviados al aeropuerto de Barajas para llenar un avión y proceder a su deportación masiva. Se calcula que en este último año han sido deportados 5000 senegaleses por el simple delito de “no tener papeles”. ¡¡Qué casualidad!! Con nosotros, en Asturias,  conviven empadronados más de cuatro mil sin papeles de múltiples nacionalidades y algunos de ellos imputados por determinados delitos, pero hete aquí que la Policía, para repatriar, a los que busca es a los senegaleses, no a otros, aunque estén imputados por algo.  Como consecuencia de estas deportaciones selectivas, se ha dado un grotesco caso que conozco, en el que detienen a un chico que convivía aquí con su mujer e hijo de dos años. Al ser detenido, pasa aviso a su mujer y esta rápidamente se persona en la Comisaría para que también la deporten a ella y a su hija de dos años, ya que sin el marido ella no hacía nada aquí. ¿Resultado final de esta detención?: El marido deportado y la mujer con su hijo pequeño aquí, abandonada a su suerte.  Ella tampoco tenía papeles, pero, claro, el cupo ya se había llenado y no cabían más en el avión. Bah,  es una simple cuestión administrativa. Y ante los procedimientos administrativos, para qué hablar de problemas solidarios.

Ahora, entre tanto se fleta otro avión para la deportación masiva, sigue la caza del senegalés pero con otros procedimientos. En el pasado mes de Abril, mi amigo Talla, es detenido en un bar tratando de vender el lote de CDs que habitualmente portan los senegaleses y que previamente tuvo que comprar a una organización mafiosa. La Policía levanta atestado, lo pone a disposición judicial y se le abren diligencias previas. Talla interpone recurso de reforma para que el asunto fuese declarado falta, pero la Audiencia Provincial resuelve diciendo que en virtud del informe emitido por la “Asociación de Gestión de los derechos intelectuales, AGEDI” el proceso debe seguir adelante, no como falta si no como delito. Resultado final: Talla es imputado y mañana deberá de comparecer el en Juzgado, en calidad de imputado por un delito contra la propiedad intelectual.

Confío en que, bien defendido por la Letrada que ha designado, el Magistrado que tenga que resolver, acogiéndose a la abundante jurisprudencia existente, entienda que no hay infracción penal alguna, dada la escasísima entidad del teórico perjuicio que Talla ha causado a los titulares de esos derechos de autor, llamados en este caso AGEDI, y por la escasísima magnitud del beneficio obtenido (50 céntimos en cada CD vendido). Si uno de los principios básicos de la rama punitiva del derecho, es el principio de la intervención mínima del derecho penal,  por qué el Ministerio del Interior se empeña en criminalizar este tipo de ventas. Por qué  colapsamos  los Juzgados con este tipo de cosas y en sentido contrario, dejamos que todas las tramas de corrupción sigan impunes y sin que ninguno de esos ladrones políticos y de guante blanco que han robado el dinero de los ciudadanos, ni tan siquiera entren en prisión. Ante flagrantes delitos, ni tan siquiera la Fiscalía solicita la aplicación de medidas cautelares. Por el contrario sí que está presto para acusar y condenar a un pobre senegalés que vende CDs piratas.

Que nadie me malinterprete, que yo no estoy defendiendo la venta de copias falsas, que lo que estoy denunciando aquí es que si lo que se están vendiendo son copias de películas en su mayor parte americanas, que AGEDI persiga a las tramas organizadas que duplican burdamente estas películas y que se forran vendiéndoselas después a los senegaleses, o que vayan a la vía administrativa a defender sus derechos sobre la propiedad intelectual. Pero caramba, si la copia falsa vendida es de una película americana, por ejemplo de la Metro, por qué AGEDI tiene que acusar a un senegalés, si sus socios son españoles y nada tienen que ver con los que rodaron la película en América. En definitiva, por qué malgastamos dineros públicos colapsando a los Juzgados penales para que dictaminen si esas ventas son delito o simplemente son un medio de subsistencia. Por qué no utilizamos a la Policía para perseguir a esas mafias organizadas que copian los CDs y que son las que realmente se lucran. Por qué no despenalizar las ventas de estas pobres gentes, y hacer que esas poderosas organizaciones que defienden los derechos de autor, vayan a la vía administrativa para defender sus derechos. Caramba para eso han luchado y han conseguido la Ley Sinde.

Concluyo diciendo que, aun cuando critico abiertamente los atentados contra la propiedad intelectual que es algo que ha de respetarse, considero que vender esas burdas falsificaciones de películas copiadas en un CD, provoca un escasísimo perjuicio a los titulares de los derechos de autor, que en la mayor parte de los casos ni tan siquiera son españoles (por tanto ni AGEDA, ni ASGAE ni sociedades parecidas tendrían legitimidad para exigir perjuicios) y considero también que dan a los senegaleses un escasísimo beneficio, y tienen que subsistir malamente con estas ventas, en vez de pedir limosna, algo que a todas luces debería de ser excluido de las penas que actualmente prevé el artículo 270 del Código Penal, que debería de ser modificado. 

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