He estado leyendo el informe "Índices de Riesgo 2006" que ha elaborado la firma europea Intrum Justitia, especializada en el tratamiento y gestión de cuentas a cobrar.
Según este informe, España registra una de las mayores pérdidas por impagados y también una de las mas amplias demoras en los plazos de pago de toda Europa. En concreto, nuestro país ocupa, entre veintitrés, la decimonovena posición en riesgo de pago sobre las ventas de las empresas, al suponer un 3% de la facturación y representar un coste anual de 23.500 millones de euros. Países como Italia, Francia o Dinamarca tienen impagados que no superan el 1%.
Además, para complicar el estado financiero de las empresas, nos encontramos con otro problema importante, cual es el problema del retraso en los pagos, con el inconveniente añadido de que cada día empeora y probablemente a un nivel mas acelerado como consecuencia de la crisis económica en la que estamos entrando.
De hecho, mientras que en 2004 el retraso de pago sobre lo pactado era de 13,4 días, ahora ya está situado en 15,9 días. Y esto es particularmente serio porque nuestras empresas habitualmente aceptan los cobros a mas largo plazo que las mercantiles de otros estados.
Así por ejemplo, mientras que una entidad española espera como media 82,3 días hasta cobrar una factura, en países como Noruega o Finlandia, no pasan respectivamente de 27 y 26 días. Y en los casos de segunda factura la situación empeora aun mas en el caso español.
Dada la crisis económica en la que estamos entrando, dudo que las cosas vayan a mejorar en 2008. Y por mucho que digan los políticos de turno de que aquí no pasa nada, creo que ya estamos metidos de pleno en un parón económico impresionante y si no fijémosnos solo en las informaciones que se leen hoy en toda la prensa: Inflación del 4,2% (dos puntos superior a la media europea); caída en barrena de las bolsas españolas con una volatilidad comparable a la que tristemente se registró en 1999; anuncio de pérdida de 700.000 empleos en la construcción; problemas en la búsqueda de la financiación que necesitan las empresas; riesgos de las reunificaciones de deudas que comercializan nuevas empresas financieras, etc.etc.
Por tanto creo que todo apunta a que el coste de los impagados pueda crecer vertiginosamente a partir de hoy.
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