jueves, 3 de mayo de 2012

LA MARCA "ESPAÑA" YA NO VENDE

Ya va siendo hora de que los españoles empecemos a tomar conciencia de que estamos entrando en una profunda depresión y que las causas no son sólo burbujas inmobiliarias, crisis económicas, primas de riesgo, ataques de los mercados, maniobras inconfesables y corrupción en la clase política, banqueros codiciosos, o presiones deEuropa para controlar el déficit.

Además de estas causas que sí son ciertas, tenemos otras de mucho calado, que han ido germinando desde hace varios años atrás y que hacen que la marca "España" ya no venda. 

Una causa podemos encontrarla en ese ciclo que se inicia en la escuela, continúa en la Universidad y termina  en los políticos que nos dirigen. Nuestro sistema educativo se ha degradado, eliminando la cultura del esfuerzo y fabricando otra cultura de la mediocridad en la que los alumnos pueden pasar a los ciclos siguientes u obtener títulos académicos, teniendo aun tres asignaturas pendientes. Al mismo tiempo que se va perdiendo la cultura del esfuerzo, paralelamente se va perdiendo el respeto y la autoridad del profesor, que a todas luces debería de ser la clave en el futuro intelectual de los alumnos. La Universidad española es la de peor calidad de Europa. (Así lo dice el estudio elaborado por Lisbon Council, en el que España ocupa el último lugar de los 17 países analizados). Si analizamos el ranking de las 150 mejores universidades del mundo,veremos que sólo hay una española.  

Este sistema educativo empobrecido por la cultura del no esfuerzo (que además se ha reformado no sé cuantas veces en los últimos tiempos), nos ha llevado a una sociedad en la que un alumno mediocre y revoltoso, es el mas famoso del instituto, trepará a los primeros puestos en la oficina o en la política y aparecerá en los medios de comunicación. En este escenario, con esta pobreza cultural, según revelan los estudios de medios, los ciudadanos españoles nos pasaremos una media de dos horas diarias delante de la caja tonta, viendo programas basura en los que famosillos de todo tipo salen a la palestra mostrando sus intimidades para que los espectadores nos divirtamos y nos regocijemos en nuestros sillones. En esos reality show, lo que se transmite es la antítesis de la cultura o de la creatividad, o del esfuerzo personal. Tristemente estamos en un país donde muchos jóvenes tienen como aspiración hacer un casting para ocupar una plaza en uno de esos programas y demostrar ante los teleespectadores que el es el que mas liga, con el que mas chicas hace el edredoning, etc.etc. Prácticamente ya no hay programaciones culturales o debates donde los televidentes podamos aprender y culturizarnos.

Dentro de esta mediocridad educativa y cultural, surgen esas castas de politócratas que hacen de la política su modus vivendi y además los votamos porque, claro, es lo que tenemos. Como muestra sólo basta ver que ninguno de los seis presidentes de gobierno que hemos tenido en nuestra moderna democracia, habla inglés o tiene adecuados conocimientos sobre política internacional. ¿a qué altura quedan nuestros políticos cuando van a Europa y no pueden comunicarse con sus colegas que hablan inglés perfectamente?. 

Difícilmente puede venderse que (según un informe que lleva ya unos días circulando) haya en España 445.568 políticosEn el informe se incluyen como políticos a liberados sindicales, asesores, en definitiva todo aquel que cobra un salario directamente de alguna administración, excluyendo a los funcionarios públicos). Es un despropósito que tengamos a un político por cada 100 habitantes y para mas inri, con unos salarios absolutamente desproporcionados y que no están dispuestos a recortar como se ha hecho con todos los funcionarios públicos.

Difícilmente puede venderse la marca España, cuando los dos partidos políticos mayoritarios que tienen el 80% de los votos, se pasan el día atacándose y reprochando  lo mal que lo hace el otro. Son absolutamente incapaces de tener sentido de estado, altura de miras y la sensibilidad necesaria para analizar conjuntamente cuáles son los problemas críticos que estamos sufriendo, llegar a auténticos pactos de estado, y empezar a remar todos en la misma dirección.

Difícilmente puede venderse la marca España, cuando ni tan siquiera somos capaces de respetar a nuestra bandera y a nuestros símbolos de identidad, y cuando pasamos por alto los insultos y vejaciones a las instituciones del Estado, o el chantaje al que nos someten esos nacionalistas que no quieren ser españoles, pero que si viven de los presupuestos del estado español. O cuando somos incapaces de eliminar de una vez por todas las divisiones ideológicas absurdas y los sectarismos rancios. 

Difícilmente puede venderse la marca España, cuando con una tasa de desempleo del 25% (en los jóvenes llega al 52%) tenemos unos trasnochados, decimonónicos y pesebristas sindicatos, que sólo se dedican a preservar sus intereses y a recaudar las cuantiosas subvenciones que reciben, sin que nadie los haya visto salir a la calle a protestar por este desempleado, o a ayudarlo en sus necesidades básicas (aun cuando reciben un montón de subvenciones para este menester, mientras que quien presta esas ayudas son determinadas ongs. a las que se les ha negado esa subvención). Eso si, ahora salen a protestar por la reforma laboral pero sólo porque son correa de transmisión de partidos de la oposición, pero de los desempleados ¿quien se ocupa?. Estos trasnochados sindicatos dificilmente pueden vender marca España.

Difícilmente puede venderse la marca España, cuando los ciudadanos españoles somos capaces de indignarnos por la nimiedad de unos teleñecos franceces que bromean sobre el dopaje de nuestros deportistas, pero después somos incapaces de pelear por nuestros intereses, de salir a la calle y protestar pacíficamente contra la gestión de nuestros mediocres gobernantes, protestar contra la presión a la que los políticos someten a las clases medias (que cada vez ya son menos medias), de protestar contra la corrupción de los políticos, de protestar contra la entelequia de que todos somos iguales ante la justicia, de protestar contra el despilfarro de las Comunidades Autónomas, de protestar contra la avaricia y el engaño de los banquueros. De protestar.... No a las huelgas generales, que lo que logran es meternos mas en el agujero, y sí a la protesta pacífica y contundente contra esos políticos que siguen conservando todos sus privilegios, aun cuando lo único que hacen es insultarse los unos a los otros, pero sin aportar ninguna idea positiva, quizá porque ellos han caído en la mediocridad y ya ni siquiera son incapaces de disimularla. 

Difícilmente puede venderse la marca España, cuando tenemos a unos dirigentes bancarios, con las entidades a las que dirigen en proceso de rescate, y con unos sueldos, primas y bonus, multimillonarios (por cierto, algunos de ellos creo que son liberados sindicales). Dificilmente puede venderse la marca España, cuando los ciudadanos nos hemos instalado en la cultura de la mediocridad, donde el esfuerzo no es un premio, donde la sobrecualificación te puede llevar a no encontrar empleo, donde la iniciativa y la creatividad puede ser cercenada porque eso puede hacer sombra a tu jefe y por eso el sólo se va a rodear de mediocres, donde la clase política es mediocre y además en muchos casos corrupta.

Es hora de que veamos el problema. España está justo en el comienzo de un espiral descendente. Está en el mismo camino que emprendió Grecia. Sólo hay que esperar hasta que hayan pasado por unos años de depresión económica. Una vez que esto suceda, millones de personas comenzarán a perder toda esperanza. Así que, es mejor afrontar la realidad, apretar los dientes, prepararse para sufrir aun mayores ajustes, pero eso sí, protestar y actuar para generar el cambio. Hemos superado la tercera ola. Estamos en la era de la incertidumbre, y tenemos que entrar en el desafió español.






1 comentario:

  1. Cómo dice Vd. que no vende si hasta hace poco Zapatero nos decía que estabamos en la champions legue?

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