Como ya he dicho en otras ocasiones, colaboro como voluntario en una ONG y esto hace que conozca de primera mano las penurias por las que atraviesan muchas personas que sufren el azote de la crisis porque han quedado en el paro y no disponen de ningún tipo de recurso, y sé también de primera mano dónde obtienen los recursos básicos que precisan para subsistir.
Estos desempleados, no obtienen estos recursos básicos (alimentación y vestido) en las oficinas de la Administración Central, Autonómica o Ayuntamientos, donde por cierto, invierten ingentes cantidades de tiempo en burocracia para finalmente no obtener nada. Tampoco los obtienen en las Centrales Sindicales UGT, CCOO, etc.
¿saben Vdes. donde encuentran estos recursos?.... En Cáritas Parroquial, en las Hermanitas de los Pobres, en las Hermanas de la Caridad, en las Hijas de la Caridad, en las Monjas Trinitarias, etc.etc.
Sres. del Gobierno, entérense de una vez, ustedes sueltan grandes discursos, se llenan la boca de medidas y mas medidas, pero al final, nunca llegan a esta persona necesitada. Por el contrario, sin Decretos, sin medidas, sin burocracia, contando sólo con la voluntad de ayudar, estas organizaciones religiosas prestan estos recursos básicos, y no sólo eso, en muchas ocasiones encuentran empleos dignos para esas personas necesitadas.
Por tanto, como conclusión diría: La Iglesia Católica no es tan mala como el Gobierno quiere hacer creer a los ciudadanos. Y si hablamos de política social, estas organizaciones religiosas sí que están dando el mejor ejemplo, ejemplo que para nada dan ni los Sindicatos ni los políticos, sea cual sea su color.
Ciertamente, la Iglesia Católica está denostada en los últimos años. La verdad es que en algunos ámbitos se lo ha ganado a pulso, con posturas en algunos temas que no siendo incoherentes con lo que predican, sí resultan un poco desfasados y ajenos a la realidad actual. Sin contar con los desmanes, etc. denunciados últimamente, y que muchos de ellos quedan impunes.
ResponderEliminarConste que soy católica practicante, pero no puedo evitar cierto espíritu crítico ante posturas que no comprendo. No obstante, tengo que darte la razón cuando dices que los "religiosos de a pie", han arrimado el hombro y de qué manera en esta situación de crisis. Me consta por experiencia propia que, pese a muchos y aunque parezca increíble, un sacerdote pasionista de 94 años puede entender una problemática social de primer orden de actualidad más que un amigo de tu quinta de toda la vida. Lamentablemente, ese gran hombre falleció hace un par de años, pero me resisto a borrar su teléfono de la agenda de mi móvil. Me ayuda a recordar que, pese a que algún lector pueda parecer ridículo, hay curas que son buena gente.