Voy a transcribir el díalogo que hace cuatro siglos mantuvieron Colbert y el Cardenal Mazarino, durante el reinado del Rey Sol de Francia.

Mazarino: Si se es un simple mortal, claro está, cuando
se está cubierto de deudas, se va a parar a la prisión. ¡Pero el
Estado...! ¡Cuando se habla del Estado, eso ya es distinto! No se puede
mandar el Estado a prisión. Por lo tanto, el Estado puede continuar
endeudándose.¡Todos los Estados lo hacen!
Colbert: ¿Ah sí? ¿Usted piensa eso? Con
todo, precisamos de dinero, ¿y cómo hemos de obtenerlo si ya creamos
todos los impuestos imaginables?
Mazarino: Se crean otros.
Colbert: Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre
los pobres.
Mazarino: Es cierto, eso ya no es posible.
Colbert: Entonces, ¿sobre los ricos?
Mazarino: Sobre los ricos tampoco. Ellos no gastarían más
y un rico que no gasta, no deja vivir a centenares de pobres. Un rico que
gasta, sí.
Colbert: Entonces, ¿cómo hemos de hacer?
Mazarino: Colbert, ¡tú piensas como un queso de Gruyere o como un
orinal de enfermo! Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos
y los pobres. Son todos aquellos que trabajan soñando en llegar algún
día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres. Es a esos a los que debemos
gravar con más impuestos..., cada vez más..., ¡siempre más!
A esos, ¡cuánto más les quitemos, más trabajarán para compensar lo que
les quitamos! ¡Son una reserva inagotable!
¿queda claro entonces de donde va a sacar el dinero que falta, nuestro Gobierno?
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