Un
joven senegalés se enfrenta a una pena de dos años de prisión por vender CDs en
los bares.
Probablemente, cualquier
lector que me conozca, dirá que no puedo ser imparcial en estos temas, debido a
las actividades que realizo en la fundación Cauce ayudando entre otros, a senegaleses. No obstante, deseo dar mi opinión sobre lo
que está pasando con estas gentes, que llegan a Asturias en busca de trabajo y
de una vida mejor, pero que después de siete u ocho años entre nosotros,
malviviendo y ganándose la vida como pueden, terminan siendo deportados y en el
peor de los casos condenados a prisión, por vender CDs piratas, algo que
constituye un delito contra la propiedad intelectual, tras la última reforma
del Código Penal.
Después de algunos años
tratando con senegaleses, me he formado una clara opinión sobre ellos: Son
gentes educadas, bien aseadas, trabajadoras y muy solidarias. (No he conocido a
ninguno que, a excepción de la venta de copias de CD, consideradas delito en
algunos casos, hayan cometido delitos de cualquier naturaleza). No vienen
buscando limosna ni ayudas sociales, ya que son orgullosos y quieren ganarse la
vida trabajando. Cuando vienen a pedirnos ayuda para encontrar un trabajo, al
ver su calamitoso estado físico, les ofrecemos un lote de alimentos. ¿Sabe
amigo lector lo que suelen decirnos?: “No, gracias, déselo a otro que lo necesite
más que yo”. Antes encontraban empleo en la construcción y trabajaban duro,
pero la crisis del ladrillo hizo que perdieran el empleo. Hoy en día, la gran
mayoría, como tienen habilidades para ello, suelen dedicarse a la venta
ambulante en los bares, en la calle (top manta) o en los mercados.
¿Hacen daño o molestan a
alguien? Parece ser que sí. De un año a esta parte, el Gobierno español llegó a
algún inconfesable acuerdo con el Gobierno senegalés y como consecuencia del
mismo, más o menos cada dos meses, se pasan instrucciones a la Comisaría de
Policía para que proceda a la detención de un cupo de senegaleses que han de
ser enviados al aeropuerto de Barajas para llenar un avión y proceder a su
deportación masiva. Se calcula que en este último año han sido deportados 5000
senegaleses por el simple delito de “no tener papeles”. ¡¡Qué casualidad!! Con
nosotros, en Asturias, conviven
empadronados más de cuatro mil sin papeles de múltiples nacionalidades y
algunos de ellos imputados por determinados delitos, pero hete aquí que la
Policía, para repatriar, a los que busca es a los senegaleses, no a otros,
aunque estén imputados por algo. Como
consecuencia de estas deportaciones selectivas, se ha dado un grotesco caso que
conozco, en el que detienen a un chico que convivía aquí con su mujer e hijo de
dos años. Al ser detenido, pasa aviso a su mujer y esta rápidamente se persona
en la Comisaría para que también la deporten a ella y a su hija de dos años, ya
que sin el marido ella no hacía nada aquí. ¿Resultado final de esta detención?:
El marido deportado y la mujer con su hijo pequeño aquí, abandonada a su
suerte. Ella tampoco tenía papeles,
pero, claro, el cupo ya se había llenado y no cabían más en el avión. Bah, es una simple cuestión administrativa. Y ante
los procedimientos administrativos, para qué hablar de problemas solidarios.
Ahora, entre tanto se fleta
otro avión para la deportación masiva, sigue la caza del senegalés pero con
otros procedimientos. En el pasado mes de Abril, mi amigo Talla, es detenido en
un bar tratando de vender el lote de CDs que habitualmente portan los
senegaleses y que previamente tuvo que comprar a una organización mafiosa. La
Policía levanta atestado, lo pone a disposición judicial y se le abren
diligencias previas. Talla interpone recurso de reforma para que el asunto
fuese declarado falta, pero la Audiencia Provincial resuelve diciendo que en
virtud del informe emitido por la “Asociación de Gestión de los derechos
intelectuales, AGEDI” el proceso debe seguir adelante, no como falta si no como
delito. Resultado final: Talla es imputado y mañana deberá de comparecer el en
Juzgado, en calidad de imputado por un delito contra la propiedad intelectual.
Confío en que, bien
defendido por la Letrada que ha designado, el Magistrado que tenga que
resolver, acogiéndose a la abundante jurisprudencia existente, entienda que no
hay infracción penal alguna, dada la escasísima entidad del teórico perjuicio
que Talla ha causado a los titulares de esos derechos de autor, llamados en este
caso AGEDI, y por la escasísima magnitud del beneficio obtenido (50 céntimos en
cada CD vendido). Si uno de los principios básicos de la rama punitiva del
derecho, es el principio de la intervención mínima del derecho penal, por qué el Ministerio del Interior se empeña
en criminalizar este tipo de ventas. Por qué
colapsamos los Juzgados con este
tipo de cosas y en sentido contrario, dejamos que todas las tramas de
corrupción sigan impunes y sin que ninguno de esos ladrones políticos y de
guante blanco que han robado el dinero de los ciudadanos, ni tan siquiera entren
en prisión. Ante flagrantes delitos, ni tan siquiera la Fiscalía solicita la
aplicación de medidas cautelares. Por el contrario sí que está presto para
acusar y condenar a un pobre senegalés que vende CDs piratas.
Que nadie me malinterprete,
que yo no estoy defendiendo la venta de copias falsas, que lo que estoy
denunciando aquí es que si lo que se están vendiendo son copias de películas en
su mayor parte americanas, que AGEDI persiga a las tramas organizadas que
duplican burdamente estas películas y que se forran vendiéndoselas después a
los senegaleses, o que vayan a la vía administrativa a defender sus derechos
sobre la propiedad intelectual. Pero caramba, si la copia falsa vendida es de
una película americana, por ejemplo de la Metro, por qué AGEDI tiene que acusar
a un senegalés, si sus socios son españoles y nada tienen que ver con los que
rodaron la película en América. En definitiva, por qué malgastamos dineros
públicos colapsando a los Juzgados penales para que dictaminen si esas ventas
son delito o simplemente son un medio de subsistencia. Por qué no utilizamos a
la Policía para perseguir a esas mafias organizadas que copian los CDs y que
son las que realmente se lucran. Por qué no despenalizar las ventas de estas
pobres gentes, y hacer que esas poderosas organizaciones que defienden los
derechos de autor, vayan a la vía administrativa para defender sus derechos.
Caramba para eso han luchado y han conseguido la Ley Sinde.
Concluyo diciendo que, aun
cuando critico abiertamente los atentados contra la propiedad intelectual que
es algo que ha de respetarse, considero que vender esas burdas falsificaciones
de películas copiadas en un CD, provoca un escasísimo perjuicio a los titulares
de los derechos de autor, que en la mayor parte de los casos ni tan siquiera
son españoles (por tanto ni AGEDA, ni ASGAE ni sociedades parecidas tendrían
legitimidad para exigir perjuicios) y considero también que dan a los
senegaleses un escasísimo beneficio, y tienen que subsistir malamente con estas
ventas, en vez de pedir limosna, algo que a todas luces debería de ser excluido
de las penas que actualmente prevé el artículo 270 del Código Penal, que
debería de ser modificado.
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