Con el objetivo de que aflorara el dinero
oculto de los defraudadores, el gobierno del Sr. Rajoy concedió una amnistía
fiscal que siguió a otras dos anteriores que habían decretado los gobiernos
socialistas. Además de que, a mi juicio, estas amnistías son a todas luces
anticonstitucionales (se vulneran los principios de igualdad y progresividad
que han de regir el sistema tributario conforme al artículo 31 de la
Constitución), constituyen también un agravio comparativo con los
contribuyentes que cumplen con sus obligaciones tributarias. Y por si fuera
poco, los resultados conseguidos han sido un auténtico fracaso, ya que frente
al desmedido optimismo del Ministro Sr. Montoro, se ha impuesto la cruda
realidad de los datos: De los 2.500 millones de recaudación previstos, finalmente
sólo se consiguieron unos 1.200 millones. Es decir, el 10% que se pedía en la
amnistía fiscal, al final sólo se quedó en el 3% que está muy lejos de los
tipos que los ciudadanos pagamos en nuestro impuesto sobre la renta.
Además del fiasco recaudatorio que ha
representado esta última amnistía, hay algo que veo bastante claro y es que
este gobierno y tampoco los anteriores han tenido auténtica voluntad política
de atajar este problema, máxime cuando estamos en una crisis brutal y era
primordial meter la lanza donde realmente interesaba. No es de
recibo que se suban los impuestos a las clases medias y bajas y que se dedique
el 90% de los efectivos de la Agencia Tributaria a controlar las pequeñas
discrepancias de los asalariados y a fiscalizar a trabajadores, autónomos
y pymes y que sea sólo el 10% restante, el que se dedique al gran fraude de las
grandes empresas y las grandes fortunas, que es donde verdaderamente está el
problema y que además a ese 10%, en muchos casos, les sugieran sus jefes
políticos, oye mejor no toques ahí. Y claro, esta falta de voluntad nos ha
llevado a que después de Grecia, España, junto con Italia, sea al país con más
nivel de fraude de la zona euro.
El gobierno actual engañó vilmente a
los ciudadanos diciéndonos que la amnistía fiscal era una alternativa a la
subida del IVA y unos meses después nos sorprendió subiéndonos los tipos del
IVA. Los dirigentes se limitaron a decir que no había otras alternativas a esta
subida. Pues Sr. Rajoy sí había otras muchas alternativas, lo que ocurre
es que Vd. no tuvo la voluntad de aplicarlas. Por ejemplo voy a apuntarle
algunas: ¿por qué no dio instrucciones en la Agencia Tributaria para que
modificara sus procedimientos, y en vez de destinar al 90% de sus efectivos
a cruzar datos y ver si hay discrepancias entre esos datos y lo que se
declara, supervisar a esos asalariados que ya tiene controlados por el IRPF, o
a esos pequeños ahorradores que tienen alguna renta del capital, o a esos
pequeños autónomos y Pymes, los dirigiera a inspeccionar e investigar las
grandes bolsas de fraude? Si como el Gobierno bien sabe, las bolsas de fraude
mayores están en las grandes empresas y en los grandes patrimonios ¿por qué
sólo dedica el 10% de los efectivos a estas bolsas? Resulta obvio que es más
complicado investigar y descubrir el gran fraude que el pequeño que en la mayor
parte de los casos se descubre con el cruce de datos que proporciona el potente
sistema informático de la Agencia Tributaria.
El Gobierno habla continuamente del
objetivo prioritario de luchar contra el fraude (el Ministro Montoro lo repite
continuamente), pero, lo cierto es que se trata de palabras huecas porque
después se ve que ese objetivo no se corresponde con los medios que se están
aplicando. Sólo basta fijarse en los Presupuestos Generales del Estado para ver
que de los grandes objetivos de la Agencia Tributaria que son la atención al
contribuyente y lucha contra el fraude, es precisamente en este objetivo de
lucha en el que hay una bajada superior en efectivos. En 2014 ha habido 700
efectivos menos que en el ejercicio anterior. Si a esto añadimos además que como medidas
contra el fraude, lo único que se ha establecido es la publicación de la lista
de morosos, mal vamos. ¿Por qué en vez de morosos, no se publica la lista de
defraudadores que sería más efectiva que cualquier otra cosa?
El Presidente de Geshsa dice públicamente que los 8.000 técnicos
del Ministerio de Hacienda, en los últimos años tienen sus competencias
cada vez más limitadas que sus manos están atadas frente al fraude y que
deberían de dárseles más competencias para dedicarse más a la investigación de
los grandes patrimonios y las grandes empresas. Ahora dice que básicamente
están dedicados a los contribuyentes del IRPF y rentas del trabajo. Vamos, que
en ese término que tanto le gusta al Sr. Rajoy, quieren dedicarse a lo que
realmente interesa...También dice que deberían de publicarse los datos sobre lo
que pagan las grandes empresas transnacionales (cada dos por tres aparecen
artículos sobre lo que paga por ejemplo Apple, Microsoft o Twiter).
Otra alternativa es meterle mano al
Impuesto de Sociedades, ya que como el Gobierno bien sabe ese tipo del 30% que
tienen que pagar las grandes empresas como impuesto, al final, como consecuencia
de bonificaciones y deducciones de todo tipo, queda situado en un 10 u
11% y en cambio las pymes terminan pagando un 25%. Esto tampoco es de recibo.
Y qué decir de las Simcav refugio de
grandes fortunas, tributando sólo al 1%. Más vergonzoso aun ¿no les parece?
Por último, otra alternativa más en aras a
la brevedad, porque hay otras muchas, ¿por qué no se modifica el delito fiscal
en el Código Penal agravando determinadas situaciones y endureciendo las
sanciones? Y paralelamente ¿por qué no se modifica la norma de funcionamiento
de la Agencia Tributaria alargando plazos de inspección y de prescripción así
como endureciendo también las sanciones?
Sr. Rajoy si de verdad como reiteradamente
dice "hay que dedicarse a lo que interesa", ¿por qué no lo hace ya y
mete mano a las bolsas de fraude fiscal que es lo que interesa? Por algunos
motivos probablemente inconfesables, no lo está haciendo y yo a esto lo
calificaría como "fraude político". Al menos a mí políticamente me
está defraudando.
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