Acabo de leer en EL COMERCIO el
artículo de opinión del Sr. Pérez
Rubalcaba, sobre el final de la violencia, en el que termina diciendo que los
ingredientes que condujeron a acabar con la violencia de ETA habían sido:
inteligencia, firmeza, consenso y confianza. El mismo, cuando era Ministro del Interior en
el gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero y después el gobierno del Sr.
Rajoy, nos vinieron diciendo que ETA se
había acabado derrotada por el Estado de Derecho. También nos vinieron diciendo
de modo sucesivo que el Gobierno nunca iba a hacer concesión alguna a los
terroristas.
Siendo bien pensado, quiero
interpretar que, por formar parte de los
altos secretos de estado, el Sr. Rubalcaba en este artículo y también el Sr.
Rajoy, están ocultando la negociación y
las concesiones que se hicieron y se están haciendo con la banda terrorista
para llegar a su extinción definitiva. Pero, pese a esas afirmaciones
categóricas de que no iba a haber ningún tipo de concesión, la realidad se
impone y las concesiones han salido y salen a relucir. Si es cierto que ya han transcurrido tres
años sin haberse registrado ningún atentado y esto hay que celebrarlo, pero
también es más cierto que las víctimas del terrorismo están siendo desairadas
de modo reiterado por ese juego oculto y supongo que su fuero interno, tendrán
pocas ganas de celebrar nada.
Hace unos días, la médico forense
de la Audiencia Nacional, Carmen Baena, hablaba en un medio de comunicación
diciendo que cuando dictaminó que el terrorista Bolinaga no estaba aquejado de
ninguna enfermedad terminal y que podía ser tratado en la prisión, recibió
presiones para que modificara su informe.
Pensó que la libertad condicional de Bolinaga ya estaba decidida. Lo
cierto es que, pese a su informe negativo, Bolinaga fue puesto en libertad y
ahora se pasea por su pueblo jactándose de sus fechorías y sin el mínimo atisbo
de arrepentimiento por el asesinato de tres guardias civiles o por tener
secuestrado y torturado a José Antonio Ortega Lara durante 463 días. Si como se ha confirmado después de dos años
fuera de la cárcel, no hay enfermedad terminal, ¿ por qué no se le envía de
nuevo a prisión? Si la médico forense que lo reconoció ha recibido presiones, ¿por
qué la Fiscalía no ha iniciado investigaciones al respecto?
Antes de Bolinaga, Zapatero, en
aquél llamado proceso de paz, autorizó la puesta en libertad del sanguinario de
Juana Chaos que está prófugo desde hace seis años, que está oficialmente
desaparecido, aunque la prensa ha demostrado que está refugiado en Venezuela. Después se produjo el famoso chivatazo del
Bar Faisán en el que terminaron condenados dos policías como autores directos
del chivatazo, mientras que los políticos responsables y que dieron la orden,
permanecían escondidos. ¿No habrán sido el Sr. Zapatero y el Sr. Rubalcaba los
que, para no perjudicar ese llamado proceso de paz, dieron la orden de avisar a
los etarras? A partir de ahí se siguió una hoja de ruta y se permitió que
Bildu, testaferros políticos de ETA, entraran en diputaciones y ayuntamientos.
Parece más que evidente, que el
famoso proceso de paz iniciado por Zapatero, es seguido ahora por Rajoy, aun
cuando antes, en la oposición, se ponía al frente de las manifestaciones ciudadanas
y se oponía categóricamente a que Zapatero excarcelara a De Juana, diciendo que
“Sería una injusticia liberar a un terrorista que no pide perdón, que no se
arrepiente, que nos desprecia y que para colmo, se ríe de nosotros con sus
parodias”.
Es evidente pues, que pese a sus
afirmaciones categóricas de que no se iba a dar concesión alguna, hay una labor
soterrada, antes en el gobierno del Sr Zapatero y ahora en el del Sr. Rajoy
para pactar y dar concesiones a ETA, a través de las que puedan llegar a su extinción
definitiva. El gran problema es que esa labor soterrada se hace, con
inteligencia como dice Rubalcaba sí, pero con la Inteligencia del Estado (CNI)
que pacta y da concesiones a los terroristas. Pero como se hace y debería de hacerse, es con el Estado de
Derecho y con la Ley en la mano.
Así que termino diciendo al Sr.
Rubalcaba que en modo alguno puedo estar de acuerdo con esos ingredientes de
inteligencia, firmeza, consenso y confianza porque el resultado final de todo
esto es que no ha habido firmeza (se han dado concesiones), no ha habido
consenso (que se lo pregunten a las víctimas del terrorismo), no ha habido
confianza (todo se hace de modo oculto y esto produce desconfianza) y sí ha habido
inteligencia, pero es la “Inteligencia del estado” o lo que es lo mismo, el
CNI.
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