En el
telediario de hoy a mediodía, se ha dado la noticia de que había sido detenido
por la Guardia Civil, el ex Consejero de la Presidencia de Madrid, Francisco
Granados. Junto a él, según parece, han sido detenidos algunos alcaldes y
también el presidente de la Diputación de León. Una trama corrupta más que se
une a la Trama Gürtel; Caso Palma Arena; Caso Noos; Operación Campeón;
Operación Marea; caso de los Eres falsos; caso Pokemon; caso Banca Catalana; caso
Filesa; escándalo de la Complutense; caso Tabacalera; Fraude del papel del BOE;
Operación Malaya; Caso Palau, Bankia, CAM, y otra larga lista de casos más que
pasan a formar parte de las casi 1.700 causas que están viendo los Tribunales
con más de quinientos políticos imputados.
Esta es una muestra de los niveles de
corrupción que tenemos en España, y que a diferencia de otros países, no
tiene su origen en policías corruptos, o narcotraficantes, o empresarios
mafiosos. En nuestro país el origen de la corrupción está claramente localizado
en las castas políticas que incurren en delitos como la prevaricación, la
revelación de secretos, blanqueo de capitales, apropiación indebida, fraude,
estafa, falsedad documental y quizá algún que otro tipo penal que en este
momento estoy olvidando. Sin control efectivo del gasto público los tentáculos
de la corrupción se han extendido a todos los niveles de las administraciones
públicas, hasta el extremo que la propia Unión Europea, ante este desmadre, ha
publicado un informe del GRECO (Grupo de Expertos sobre la corrupción en
España), donde nos critica abiertamente al tiempo que exige que de modo urgente
se restaure la credibilidad de las instituciones.
Basta con ver un mapa de la corrupción que circula por la
red para comprobar que los partidos políticos de todo orden y condición, en
connivencia con entidades financieras y algunas empresas, nos están saqueando
materialmente. Muchos sillones de Diputados, Senadores, Consejeros, Ministros,
Alcaldes y cargos públicos de diferente nivel, están siendo ocupados por
políticos muy bien protegidos y blindados por sus partidos, aun cuando
podían estar procesados por malversación, cohecho, falsedad, apropiación
indebida y muchas cosas más que omito para no alargar en exceso este artículo.
Por todo lo que se ha ido
leyendo en la prensa en los últimos tiempos, es público y notorio que muchos
políticos, blindados por sus partidos, conceden subvenciones a empresas amigas
y sindicatos, dan puestos de trabajo a miembros de sus familias, cobran
comisiones ilegales, recalifican terrenos arbitrariamente incluso aunque estén
protegidos, conceden contratos públicos a amigos, realizan obras faraónicas
para quedarse con buenos pellizcos de comisiones. Con todas estas operaciones,
al tiempo que ellos forran sus carteras, van creando una red de clientelismo,
repartiendo favores para asegurarse de este modo su reelección.
Y ¿qué decir de las Cajas
de Ahorro como la CAM, o Castilla la Mancha, o Bankia? Pues que
gestionadas por políticos incompetentes, han dado créditos a constructores
amigos, han financiado irregularmente a instituciones y partidos, han cobrado
unos sueldos y primas millonarias, han utilizado las famosas tarjetas negras, las
han dejado quebradas y ahora todos se van de rositas sin que ni los Tribunales
ni los dirigentes políticos pongan mucho esfuerzo para recuperar todo el dinero
que ha sido literalmente saqueado.
Y claro, para tejer bien
la tela de araña, los partidos políticos ya se han ocupado de maniobrar para
conseguir la politización de la Justicia y así se blindan aún más frente al
riesgo de sentarse en el banquillo de los acusados. Es incuestionable que, de
haber habido una justicia auténticamente imparcial, las cosas hubieran sido muy
diferentes y estos altos niveles de corrupción política no se habrían
permitido.
Si no nos movilizamos para
terminar con la impunidad de los políticos, para conseguir que se empiece a
administrar justicia de modo imparcial, para sentar a los corruptos en el
banquillo de los acusados y para que devuelvan el botín que han saqueado,
embargándoles todos sus bienes presentes y futuros, de nada nos va a servir
sólo con lamentarnos. Con este escenario de corrupción, no me extrañaría nada
que Podemos vuelva a arrasar en las próximas elecciones. Los partitócratas se
lo están poniendo a huevo.
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